El sueño se cumple

La tricolor boliviana fue el símbolo mayor a lo largo de la ruta del Rally Dakar en territorio nacional, en una jornada de fiesta, cuyo epicentro fue Uyuni, que en la primera jornada cumplió con creces su condición de anfitriona, recibiendo a cerca de 100 mil visitantes.
La fiesta del Rally Dakar comenzó con una velada previa la noche del pasado viernes, con grupos folclóricos en la avenida Ferroviaria, y continuó ayer, sábado, con un desfile folclórico protagonizado por decenas de municipios de Oruro y Potosí, además de otros del resto del país.
La música se fusionó con la gastronomía nacional a través de varios stands instalados a lo largo de la avenida Ferroviaria, convirtiendo a toda la zona en un verdadero campo ferial plurinacional.
La primera media jornada se destacó por un desfile folclórico a lo largo de toda la avenida principal del Dakar y que culminó en la rampa principal de recibimiento, donde se ofreció lo más destacado de la música boliviana proveniente de la zona andina, los valles y el oriente.


AL-ATTIYAH ABRIÓ LA FIESTA
Cerca de las 14:00, el príncipe catarí Nasser Al-Attiyah se encargó de abrir la fiesta tuerca con su Mini, luego de completar la séptima etapa maratón y mantenerse líder de la clasificación general con 23 horas, 11 minutos y 50 segundos, por delante del sudafricano Giniel De Villiers (23.20:04) y del saudí Yazeed Alrajhi (23.33:06).
A partir de ahí, los binomios internacionales comenzaron a llegar, con un De Villiers entusiasmado y un Nani Roma sorprendido por el recibimiento, tras su percance en la primera etapa, y su reenganche a la competencia, aunque lejos de retener el título de 2014.
El cuarto en cruzar la meta fue el estadounidense Robby Gordon y quinto el argentino Orlando Terranova, que a propósito fue vencedor de la etapa con un tiempo de 3 horas, 31 minutos y 18 segundos. Lo escoltaron en la etapa Alrajhi (3.33:38) y el neozelandés Ten Brinke (3.33:46).


GORDON SE ROBÓ EL SHOW
A su estilo, el intrépido norteamericano Robby Gordon y su compañero Johnny Campbell decidieron dar dos saltos sobre la rampa, uno que no fue de su agrado, y otro que sí lo hizo con mayor impulso y puso nerviosos a propios y extraños.
El espectáculo de Gordon fue apenas un adelanto de lo que se veía venir, porque cada piloto respondió a la alegría de la gente con particulares formas, como Aidyn Rakhimbayev, de Kazajistán, que se bajó del auto y se sacó una selfie.
No menos llamativo fue el navegante ruso Vadim Filatov, quien al verse sorprendido por las hermosas modelos, las abrazó muy fuerte en señal de emoción.
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